¿Es lo mismo vender dentro que fuera de las fronteras de un país? ¡Por supuesto que no! Aunque el marketing nacional y el internacional son similares existen bastantes diferencias y las técnicas a emplear son más complejas. Por ejemplo, el marketing nacional se centra en el mercado del país de origen, con unas reglas del juego claras: moneda, idioma, política, estabilidad financiera, competencia, etc.
En cambio, en el marketing internacional, todo cambia. Veamos algunas de las diferencias más reseñables:
Entorno internacional más complejo. Los países tienen diferentes idiomas, culturas, legislaciones, niveles de desarrollo económico, etc. por lo que el proceso de análisis de mercado se vuelve más costoso y complicado, haciendo que sea necesario conocimiento de campo del país.
Más mercados = más competencia. Al extender las actividades a un ámbito internacional la empresa ha de tener en cuenta sus competidores en el mercado destino, como actúan, cual es su tamaño medio, cuáles son sus fortalezas, como venden ellos sus productos y servicios.
La selección de mercados. Esta selección es exclusiva del marketing internacional. La empresa, dependiendo de su tamaño, su capacidad de producción, recursos humanos, etc., deberá seleccionar el mercado que más se le adecue, eliminando aquellos mercados que no ofrezcan ventajas y oportunidades, que sean de difícil acceso por barreras no arancelarias, lejanía, etc.
Selección de formas de entrada. También exclusiva del marketing internacional, las opciones son múltiples (exportación directa, mediante agente, mediante distribuidores, joint-venture, etc.) cada una de ellas determina una mayor o menor implicación de la empresa con el mercado y con su público objetivo.