La Matriz de cash flow

0

Matriz de cash flow

No es muy difícil de entender, ya que encierra cierta lógica. Se entiende por Flujo de Caja o Flujo de Fondos -en inglés, cash flow– a todos los flujos de entradas y salidas de dinero en efectivo, en un período dado. Esto, habitualmente asociado a las empresas, realmente es fácil transportarlo a las finanzas personales.
El flujo de caja, entonces, es la acumulación neta de activos líquidos en un periodo determinado y, por esta razón constituye un indicador importante para medir la liquidez de una empresa en un periodo determinado.
Cash flow clasificación
Flujos de caja operacionales: Efectivo recibido o expendido como resultado de las actividades económicas de base de la compañía.
Flujos de caja de inversión: Efectivo recibido o expendido considerando los gastos en inversión de capital que beneficiarán el negocio a futuro, como inversiones o adquisiciones.
Flujos de caja de financiamiento: Efectivo recibido o expendido como resultado de actividades financieras, tales como recepción o pago de préstamos, emisiones o recompra de acciones y/o pago de dividendos.
Descubre en éste artículo años cotizados para la jubilación
Su estudio ayuda a los responsables de una empresa a:
Identificar problemas de liquidez: El ser rentable no significa necesariamente poseer liquidez. Una compañía puede tener problemas de efectivo, aun siendo rentable. De esta manera, permite anticiparse a los problemas y a buscar soluciones para el mismo, como la solicitud de un crédito o la reasignación de partidas.
Analizar la viabilidad de proyectos de inversión: los flujos de fondos son la base de cálculo del Valor actual neto y de la Tasa interna de retorno. Con ambos valores los responsables de la empresa pueden ver la conveniencia o no de un proyecto.
Medir la rentabilidad o crecimiento de un negocio: cuando se entienda que las normas contables no representan adecuadamente la realidad económica y lo que prime es el desembolso o ingresos de dinero.
Ejemplo de Cash Flow
El flujo de caja es simplemente la suma de los ítems que consideramos como ingresos, menos los que consideramos como egresos, de la siguiente forma:


Flujo de caja =
+Ventas
– Impuestos
– Sumatoria Créditos por ventas
– Costos variables
– Costos fijos
– Sumatoria Bienes de cambio
– Sumatoria Bienes de uso
+ Sumatoria Proveedores
Hay que notar que los únicos ítems que entran sumando son las ventas y la financiación dada por los proveedores, esto es, las únicas formas de ingreso de dinero contante y sonante a la empresa, más allá de la financiación bancaria.
Teniendo en cuenta la contabilidad básica, podríamos reemplazar los ítems (Ventas – Costos – Impuestos) por “Resultado neto” o “Utilidad Neta”. Sin embargo, no es exactamente igual, porque si vemos el cuadro de resultados, notaremos que para el cálculo de la Utilidad Neta descontamos amortización, y ésta no es una erogación real de dinero. Entonces, podemos obtener la resta de (Ventas – Costos – Impuestos) como (Utilidad Neta + Amortización). Si reordenamos, tenemos que:
Flujo de Caja = Utilidad Neta + Amortización – (Créditos por ventas + Bienes de cambio – Proveedores) – Bienes de uso










Dicho esto, pasamos a los números, para una mejor comprensión 













La importancia del flujo de caja positivo
Desde luego el flujo de caja es muy importante. Si lo aplicamos a la empresa vemos que puede significar la diferencia entre cuando nuestra empresa funciona bien o todo lo contrario, es decir, no sólo es útil por lo que ya hemos visto anteriormente sino también porque puede ser indicativo del estado de nuestras finanzas, y por extensión del equilibrio entre nuestros gastos e ingresos.
Cuando el flujo de caja es positivo de manera continuada, y sobre todo si este resultado positivo es significativo, estamos ante unas finanzas saneadas y probablemente de una empresa de éxito mientras que, en caso contrario, un flujo de caja negativos viene a mostrar desequilibrios y tensiones financieras que deben ser arregladas a corto plazo, recurriendo a herramientas de inversión o con fondos propios.
Realmente es una manera útil de valorar la situación tanto a corto como a medio plazo, se trata de conseguir un equilibrio entre las pérdidas y las ganancias que aporte resultados positivos, y que muestre también un equilibrio consistente entre los activos en inversión y la estructura financiera que representa el patrimonio neto y el pasivo. Esto es importante tenerlo claro ya que un flujo de caja positivo en un plazo corto de tiempo no es síntoma de nada a la larga, la tesorería busca el largo plazo como indicador eficaz, por lo que, las grandes variaciones en el flujo de caja no siempre son un buen síntoma, incluso cuando éstas son positivas ya que, si la diferencia entre resultados es mucha, indica tensiones entre gastos e ingresos por los motivos que sea.
En este artículo te mostramos todo lo que debes saber sobre la pignoración de acciones
Hay que tener en cuenta por tanto que la importancia del cash flow el control de una empresa, o de cualquier sistema de gastos e ingresos, no sólo queda vinculado al hecho de poder ser capaces de medir en cada momento la liquidez de nuestras finanzas. De hecho, este control crítico del flujo de caja queda ligado de manera inexorable al equilibrio activo/pasivo corrientes, por lo que se convierte en un auténtico indicador de la sostenibilidad real de la estructura financiera en la que se ve inmerso.
Por supuesto podemos tomar el flujo de caja como un indicador realista para tomar el pulso a la salud financiera de una empresa, para valorar su evolución en el tiempo y para apoyar fundamentos sobre la posible viabilidad a largo plazo. La posibilidad de controlar y cuantificar los recursos disponibles, pero también, de utilizar dichos recursos a partir de los resultados históricos y las posibles previsiones son herramientas básicas en esta función. Es importante comprender que incluso en escenarios positivos para el conjunto de una empresa o sistema económico, el flujo de caja puede verse afectado por cuestiones como la financiación a terceros, las inversiones, etcétera.

En resumen sobre el cash flow
El cash flow se puede definir como el indicador financiero que nos va a permitir medir la capacidad de generación de liquidez, realmente estaríamos ante la auténtica vara de medir que nos permite entender hasta donde podemos atender nuestros pagos.
Es importante que tengamos en cuenta que no va a resultar suficiente tener claro el beneficio de la empresa ya que el beneficio contable va a llevar siempre detraído el importe tanto de las amortizaciones como de las provisiones, esto, aunque puede suponer un incremento de gasto contable no es en absoluto una salida de dinero para la empresa, por tanto si deseamos aplicar una fórmula que nos diera como resultado el cas flow esta nacería de la suma de los beneficios más las provisiones más las amortizaciones.
Aquí debemos anotar que las amortizaciones y provisiones sumadas al beneficio, aunque pueda suponer un retraimiento del resultado del ejercicio anual (por ejemplo) no va a implicar necesariamente una disposición de efectivo, ya que, lo que buscamos realmente es entender hasta qué punto tenemos disponibilidad para, durante un periodo determinado, saber si somos capaces de generar los suficientes recursos económicos con los que atender nuestros compromisos de pago. Por tanto, un elemento fundamental en la gestión interna de la empresa.






Matriz de contribución a la rentabilidad financiera y al crecimiento
Sistema financiero
A decir de varios autores como Mc Kinnon (1973), Shaw (1973), Pagano (1993), entre otros, el desarrollo del sistema financiero está íntimamente relacionado con el crecimiento económico. Por definición, el sistema financiero nace con el objeto de facilitar la intermediación financiera entre los diferentes agentes económicos en una sociedad. De manera más amplia, el sistema financiero nace como una estructura formal para reducir los costos de adquirir información, hacer cumplir los contratos y llevar a cabo transacciones generan incentivos para el surgimiento de mercados, intermediarios y contratos financieros[1]Es decir, surgen con el propósito de reducir los costos y minimizar las fricciones y asimetrías que existen en los mercados. El modo en que estos problemas se resuelven influye en las decisiones de ahorro e inversión, y afectan a la asignación de recursos de las economías y al crecimiento económico.
De manera general, para reducir los costos de transacción, de obtención de información y hace cumplir los contratos, el sistema financiero presta básicamente cinco servicios a las economías (Levine, 2004):
i. Producción de información ex ante acerca de las posibles inversiones y asignaciones de capital.
ii. Monitoreo de las inversiones realizadas y de los gobiernos corporativos.
iii. Comercialización, diversificación y administración de riesgos.
iv. Movilización de ahorros.
v. Provisión de medios de pagos para facilitar el intercambio de bienes y servicios.
Relación sistema financiero y crecimiento económico
El desarrollo del sistema financiero está en función a la calidad de sus servicios, así un mayor grado de desarrollo financiero implica el mejoramiento de las cinco funciones descritas anteriormente, permitiendo la reducción de los costos de transacción y fricciones asimétricas, contribuyendo así a la creación de un panorama económico estable que a más de aumentar la rentabilidad del sistema influye positivamente en las decisiones de ahorro e inversión, a través de una mejor asignación de recursos económicos y con ello el crecimiento de la nación.
En particular, la dinámica entre el desarrollo financiero y el crecimiento económico puede entenderse de mejor manera en palabras de Galindo (2003):
A nivel teórico hay al menos cinco canales claves mediante los cuales el sistema financiero juega un papel central para estimular el crecimiento. Por una parte los sistemas financieros movilizan y agrupan ahorro. Por otra, promueven una asignación eficiente del capital. Los sistemas financieros producen información ex ante sobre posibles inversiones y juegan un papel clave en la asignación del capital. Los intermediarios financieros al contar con fuentes de información más precisas sobre firmas pueden identificar los proyectos más rentables y asignar de manera eficiente el capital. Al hacerlo pueden también afectar la capacidad de innovación al identificar a los empresarios con mejores posibilidades de éxito. Tras otorgar financiamiento, los buenos sistemas financieros monitorean las inversiones y ejercen gobierno corporativo sobre las firmas, garantizando que los fondos prestados tengan su uso más eficiente. Los intermediarios financieros también transforman, diversifican y manejan diversos riesgos de una manera que no podrían hacerlo los ahorristas individuales. Entre ellos están los riesgos de transformar las unidades de los depósitos, su denominación y su liquidez en el proceso de convertirlos en créditos. Adicionalmente el intermediario al diversificarse puede lidiar de mejor manera con el riesgo crediticio. De hecho puede asumir más riesgo que el que asumiría un ahorrista individual, lo cual es un factor clave en el impulso del crecimiento. Finalmente proporcionan liquidez y acceso a un sistema de pagos que facilita las transacciones de bienes y servicios[2]
En otras palabras, el desarrollo del sistema financiero puede influir en el crecimiento económico: a) aumentado la tasa de ahorro de los hogares y empresas; b) aumentado la productividad marginal del acervo de capital; o c) conduciendo a un incremento de la proporción del ahorro asignada a la inversión[3]En particular en el sistema, la intermediación financiera aumenta la productividad media del capital ( y por ende el crecimiento económico) en dos formas: al recolectar, procesar y evaluar la información relevante sobre los proyectos de inversión alternativos; y b) al inducir a los empresarios, a través de su función de compartir riesgo, a invertir en tecnología más riesgosas pero más productivas.
En la misma línea, es importante destacar que el desarrollo financiero tiende a modificar la estructura de las tasas de interés tanto para el prestatario, como para el prestamista, alterando por tanto el comportamiento de ahorro en la economía. En otras palabras, el efecto positivo sobre la productividad del capital y la eficiencia de la inversión son las características más importantes que a través del sistema financiero promueven el crecimiento de la economía. Por otra parte, en términos de Jappelli y Pagano (1994) el desarrollo de mercados financieros ofrece a las familias la posibilidad de diversificar sus carteras e incrementar sus opciones de préstamos, afectando de esta manera la proporción de agentes sujetos a restricciones de liquidez, y por ende pudiendo influir en la tasa de ahorro.
Sin embargo, el desarrollo del sistema financiero en última instancia está determinado por las reglas de juego que le gobierno imponga, es decir, el nivel de desarrollo y crecimiento del mismo depende de la existencia o no de políticas de represión financiera que puede llevar a cabo el gobierno. Las políticas de represión financiera tienen el fin de financiar el gasto productivo del gobierno a través de dos formas: a) imponiendo grandes requerimientos de reservas y liquidez a los bancos, las cuales crean una demanda cautiva de sus propios instrumentos que pagan y que no pagan intereses, respectivamente, y que por tanto, puede financiar su propio gasto de alta prioridad emitiendo deuda desde el sector público; y b) manteniendo bajas las tasas de interés mediante la imposición de topes a las tasas de interés de los préstamos, creando una demanda excesiva de crédito, para luego requerir que el sistema bancario destine una fracción fija del crédito disponible para los sectores prioritarios. El conflicto surge en la redistribución del ingreso, cuando como consecuencia de la represión el sistema financiero transfiere recursos de los ahorradores a prestatarios excluidos o favorecidos que no siempre tienen la capacidad de potenciar el crecimiento de la economía[4]
Como ente regulador, el gobierno decide cuánto desarrollo le permite al sistema financiero, y por tanto, influye fuertemente en las decisiones de tenencia de liquidez de los agentes, dado que el sector público solo cuenta con dos fuentes de financiamiento de sus gastos: los impuestos directos sobres las rentas del capital y el señoreaje. En este contexto, el gobierno sólo estará dispuesto a permitir un desarrollo del sistema financiero, siempre y cuando este le permita reducir su capacidad de financiamiento a través de un impuesto inflacionario. Es decir, siempre que dicho desarrollo se traduzca en una mayor acumulación de capital y/o una mejora en su tasa de retorno, de tal forma que recupere su financiamiento por medio del impuesto a la renta[5]Este desarrollo implica que bajo la perspectiva de los agentes económicos, suavicen su consumo intertemporalmente de tal manera que el desarrollo financiero se traduzca en una menor necesidad de saldos reales (circulante) y por el contrario el aumente de la tasa de ahorro permitiendo una mayor acumulación de capital (con menor riesgo) y crecimiento a largo plazo. Así mismo, dado el aumento de la productividad del capital, el desarrollo financiero induce a una mayor tasa de interés real, que eleva la rentabilidad del capital en términos de consumo futuro e induce un mayor crecimiento del producto percápita. En este punto, es necesario destacar que en ausencia del sistema o de intermediarios financieros, el sector privado se vería obligado a autofinanciarse viéndose obligados a llevar a cabo proyectos de menor escala y riesgo.
Dentro de la demostración empírica de los postulados descritos anteriormente, los autores más importantes son King y Levine (1993) quienes por medio de cuatro diferentes medidas de profundización financiera [6] examinan la medida en que estos indicadores contribuyen a explicar el crecimiento del PIB real a largo plazo, la participación de la inversión en el PIB, y la tasa de crecimiento de la productividad total de los factores en una muestra de 77 países en el período 1960-1989

Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios