En la actualidad, la pedagogía es el conjunto de los saberes que están orientados hacia la educación, entendida como un fenómeno que pertenece intrínsecamente a la especie humana y que se desarrolla de manera social.
La
pedagogía, por lo tanto, es una ciencia aplicada
con características psicosociales que tiene la educación como principal interés
de estudio.
Es
una ciencia perteneciente al campo de las Ciencias Sociales y Humanas que tiene
como objeto de estudio la educación.
La
pedagogía es sinónimo de “método” como modo organizado y consciente de
prácticas, regularidad implícita o explícita de mecanismos de acción, de un
hacer y de un cómo hacer. Numerosos métodos tienen lugar o han hecho carrera en
pedagogía: el inventario aquí es imposible. Cada momento o modelo pedagógico ha
tenido por objeto la definición, la justificación o la invención de métodos.
Se
sigue un método como se sigue una pista. Un método no es el resultado o el
medio seguro de producir un resultado, y en consecuencia una solución
preestablecida, sino una manera de comprometer las prácticas concebidas.
En
cuanto a los modelos de la Pedagogía,
para dar cuenta de las prácticas, de los métodos de los profesores, de los
estudiantes o alumnos, y de la relación que los une y les da coherencia, se
debe buscar el modelo, la dimensión pedagógica, es decir su modo de pensar.
De
las ideas a las prácticas, los modelos describen la relación y el sentido
previstos entre enseñar y aprender: “Ningún pedagogo puede a partir de ahora
abordar el análisis del acto pedagógico solamente en términos de contenido y de
métodos (....); a la actividad se le vuelve a situar en un conjunto que
aglutina las relaciones sociales en la clase, las relaciones entre la clase, la
escuela, la sociedad, las relaciones de los sujetos con el saber y la cultura.”
El
modelo está asociado a este conjunto de relaciones en movimiento: él constituye
la línea de coherencia de las acciones, organiza la sincronía de los actores y
de las representaciones que los movilizan. Por modelo se entiende una
coherencia activa, y no un molde preestablecido, o alguna cosa a copiar.
Se
puede describir un modelo, en el sentido de “paradigma sociocultural”, ofrecido
por Peretti (1987), como un “conjunto de creencias, de concepciones o
generalizaciones y de valores que comprenden una concepción del conocimiento,
una concepción de las relaciones persona-sociedad-naturaleza, un conjunto de
valores-intereses, una manera de hacer, un sentido global.” En pedagogía los
medios participan de los fines. Los modelos dan un sentido a las diferentes
posibilidades de situaciones de enseñanza y aprendizaje coherentes. Los modelos
hacen parte tanto del estado de una sociedad, de una cultura y de su escuela,
así como de las representaciones que le están asociadas. Esta descripción de lo
que es un modelo, nos permite plantear la existencia de un conjunto evolutivo y
crítico de los mismos: modelo tradicional, modelo de educación nueva, modelo de
dominio, modelo global y de autonomía creciente.
Existen
algunas discrepancias o contrariedades con relación a que si la ‘’Pedagogía’’
es una ciencia o un arte, como por ejemplo afirma Durkheim de que se encuentra
situada en un término intermedio entre la ciencia y el arte. Éste afirma que es
una relación teoría/práctica. Guiar la conducta de niños y adultos.
En
lo que respecta al hecho pedagógico, éste está constituido por
el trabajo pedagógico, unidad funcional de tareas, de roles, de
competencias y de saberes utilizables. Profesor y estudiante, formador y
formado, adulto y niño, saberes y aprendizajes, escuela y clase, etc., son las
modalidades observables, la pedagogía visible. El
trabajo pedagógico es tanto del profesor como del estudiante.
En
lo referente al estudio pedagógico,
éste tiene por objeto las
representaciones y las coherencias pensadas o inducidas por esta actividad. Del hacer se pasa al cómo hacer y al porqué.
El estudio pedagógico es la parte de la concepción (implícita o explícita,
cultural o profesional) de la pedagogía.
Destaquemos
aquí los principios de su funcionamiento: porqué o cómo esto marcha o no
marcha. Así la pedagogía, concebida como la dimensión del análisis de las
acciones, es también objeto de investigación. Lo que supone una ruptura
significativa con la manera como el sentido común define el término.
Pedagogía,
socialización y escuela
Durkheim
subrayaba también que la actividad pedagógica es una actividad de
“socialización” y una actividad social. Como socialización, ella concierne, en
un mismo proceso, a la construcción individual y a la organización de una
sociedad; como actividad social, ella extrae de esta sociedad los modos de
pensamiento que constituyen su coherencia. La actividad y su objeto están de
esta manera ligados. Este doble fundamento de la pedagogía, crea una relación
dinámica entre actividad social y principio educativo.
La
actividad social se construye progresivamente alrededor de instituciones, de un
“sistema educativo” y de profesiones (principalmente las del profesor y del
formador). Se transforma en la escala de la sociedad, cada vez más elaborada y
compleja, apelando a los dispositivos multiformes que van desde el jardín
infantil a la universidad y a la formación de adultos. Un sistema de
conocimientos especializados aparece entonces en relación con el mecanismo
mediante el cual se transmiten los elementos de saber y de cultura escogidos
por esa sociedad.
Bajo
la forma más concreta, la pedagogía surge esencialmente de la escuela, pero no
exclusivamente; y claro está, no siempre ha sido de esta manera. La pedagogía
interpela a veces a la escuela, es su dimensión crítica. Una unidad cultural y
funcional de la pedagogía se construye progresivamente alrededor de la escuela,
sin que sea posible confundirlas completamente.
Es
de esta convergencia que surgen los roles del profesor y del estudiante. La
escuela organiza sistemáticamente el encuentro del estudiante con los saberes,
apuesta por la construcción de su propia identidad social y cultural. En la
“escuela”, porque se dice que hay “escuela”, allí donde este encuentro está
organizado, profesores y estudiantes se vuelven a encontrar en un
establecimiento, unidos en la realización de esta actividad.
Hay
entonces pedagogía de escuela, pedagogía escolar. La escuela, el profesor, el
alumno, los padres, la clase, los saberes, la organización escolar, tales son
los componentes visibles de la actividad pedagógica en nuestras sociedades.
Pedagogía
y saber
Existe
un lazo cultural, funcional, y quizás fundador, entre pedagogía y saber. La
cuestión pedagógica apareció y permanece atada al desafío de su transmisión y
de su construcción. El principio de una pedagogía escolar (y el proyecto de
escuela) se sitúa entre ignorancia y saber(es). El derecho al saber es el
principio central de la ley francesa de educación (1989). Al respecto se puede
distinguir:
- de
una parte, los saberes, es decir el conjunto de conocimientos (principal, pero
no exclusivamente, según las disciplinas), tal como son enseñados en la
escuela;
- de otra parte, el saber, como bien propio (sustantivo: tener, adquisición) y
acción singular (verbo: yo sé o yo no sé). Para Legroux (1981): “El
conocimiento se construye y se confunde con la identidad de la persona; él
corresponde al orden del ser. El saber es el sistema interferencial entre la
información y el conocimiento; está constituido por las informaciones que se
relacionan entre sí, luego también en relación con la persona.”
La
relación de la pedagogía con los saberes es examinada en el marco de las
disciplinas por la corriente didáctica. La pregunta didáctica señala la nueva
importancia que se le da al análisis de contenidos en la enseñanza. Ella
constituye el “núcleo cognitivo” de la pedagogía, cuando estudia los procesos
de transmisión y de transformación en la actividad pedagógica relativa a un
dominio disciplinar específico. La actividad de “didactización” de la pedagogía
es un eje de organización y de dominio de la actividad pedagógica. Ella
corresponde a la vez a una evolución y a una interrogación.
En
esta relación de saberes y saber, las maneras de aprender y los procedimientos
de enseñanza tienen su propia lógica. Lo que puede suponer una parte común en
las maneras de enseñar e incluso en las materias a enseñar. Una reflexión sobre
las meditaciones y sobre la comprensión tiene por objeto, según Britt-Barth
(1993), desarrollar los procesos mismos por los cuales el saber se elabora en
aquel que aprende: “Las capacidades de adquirir, de utilizar y de crear un
saber llegan a ser entonces tan importantes como los saberes adquiridos.” Este
cambio de actitud resultaría de una evolución histórica, confirmaría las
intuiciones de la corriente de educación denominada la Educación Nueva; y se
inscribe en el desarrollo de las teorías del aprendizaje.
El
aprender es siempre contextualizado por un saber: el contenido no es
indiferente. Pero debe ser relacionado con las condiciones de su surgimiento:
“El formador debe saber modelar las maneras de pensar y de razonar en un
dominio de conocimientos porque estos lo constituyen tanto como su contenido.”
(Britt-Barth, 1993). La lógica de los saberes se acompaña de la lógica de la
construcción mediatizada por las estructuras cognitivas que permiten el
descubrimiento y la organización.
La
pedagogía encuentra en su contextualización escolar el problema del saber bajo
la forma de la elucidación y de la instrumentalización de las relaciones con
los saberes. La constitución de la actividad pedagógica encuentra su sentido de
relación dinámica entre pensar y hacer, compartida por todas las acciones que
tienen por objeto esta construcción.
La
relación que existe entre la pedagogía y el hecho, su estudio; socialización,
escuela y saber es, que están unidas de manera directa y muy estrecha una con
la otra para que verdaderamente exista una enseñanza de calidad, ya que el
hecho mismo de enseñar ciertos estudios entrelazan a la pedagogía con la
escuela o institución destinada a la enseñanza del saber.