VARIOS GRUPOS SOCIALES REPRESENTATIVOS.

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Resumen
Capítulo 14
VARIOS GRUPOS SOCIALES REPRESENTATIVOS.

Invertebrados
Algunas especies de invertebrados poseen sistemas sociales muy evolucionados en lo que se refiere al nivel de cooperación e interdependencia de sus miembros.

Invertebrados coloniales
Son especies de invertebrados cuyos miembros viven físicamente unidos y/o están divididos en castas, clases de animales que desempeñan funciones especializadas. (Por convención, los invertebrados sociales que poseen sistemas de castas, pero no están físicamente, como las hormigas o las abejas, no se consideran especies coloniales). En el nivel más alto de organización colonial, se da tanto la unión física como el sistema de castas. La unión física puede ser tan compacta que resulte imposible distinguir  individuos concretos. En los sistemas de castas, generalmente hay una que es productora y otra u otras que desempeñan funciones no reproductoras.

Los invertebrados coloniales poseen dos pre-adaptación muy importante para la existencia colonial, que están relacionadas con la reproducción asexual y la simplicidad estructural. Los celentéreos coloniales (invertebrados radicalmente simétricos), como la fragata o carabela portuguesa y los corales, son agregados de individuos que son duplicados genéticos o clones. Puesto que los clones comparten el cien por ciento del material del material genético, renunciar a la reproducción y convertirse en un individuo estéril es beneficioso siempre que este sacrificio favorezca la reproducción de un hermano. La reproducción asexual de los celentéreos coloniales permite que estos animales tengan tasas reproductoras extremadamente alta.
Estas pre-adaptaciones permiten que los invertebrados coloniales presenten un nivel de cohesión social, una cooperación y u altruismo que no tienen parangón en ningún otro grupo de animales.

La fragata o carabela portuguesa  
La fragata o carabela portuguesa parece una medusa. Sin embargo, este celentéreo gigante está formado por individuos que se reproducen asexualmente, denominados zooides. Los zooides están especializados en distintas funciones: algunos se alimentan, otros se reproducen y otros hacen flotar a todo el conjunto. Los zooides de la fragata o carabela portuguesa están tan bien integrados que la colonia funciona como si fuera un organismo superior. Una de las principales ventajas de este sistema de organización social es que la colonia puede crecer mucho, los tentáculos de la carabela portuguesa pueden llegar a medir varios kilómetros y puede sobrevivir sin problemas en el océano abierto.

Los corales
En los corales hay dos tipos de zooides: algunos están especializados en la reproducción y en la creación de corrientes de agua, mientras que otros ingieren, digieren y distribuyen el alimento al resto de la colonia. Una de las principales ventajas de las colonias de corales es que el esqueleto calcáreo sujeta a la colonia y protege de la sedimentación.

Arañas comunales
Las arañas cooperan en la fabricación de la tela y en la captura de las presas, compartiendo el alimento obtenido. Este comportamiento comunal tiene varias ventajas con respecto a la vida solitaria: los individuos que se apiñan en las celdas de la tela están protegidos de los depredadores y de las temperaturas extremas, invierten menos energía en la búsqueda de compañero sexual o en la protección del territorio y, además, la predación cooperativa permite que los recursos alimenticios fluctúen menos que si tuvieran que cazar en solitario.

Insectos eusociales
Se incluyen las termitas, las hormigas, algunas especies de avispas y algunas especies de abejas. Eusocial significa extremadamente social, y la eusocialidad se caracteriza por tres rasgos comportamentales: cuidado cooperativo de las crías, mantenimiento de los individuos fértiles por parte de lo que no lo son y presencia simultánea de dos o más generaciones de individuos que cooperan y viven juntos. Estos rasgos convergen en los tipos más complejos de comportamiento social encontrados en los invertebrados.
Todos los insectos eusociales, exceptuando las termitas, pertenecen al orden de los heminópteros, caracterizado por la haplodiplodía. La haplodiplodía  es una importante pre-adaptación para el comportamiento social, porque permite que la cooperación en la reproducción, reporte grandes beneficios en términos de eficacia biológica indirecta.

Hormigas
Uno de los factores implicados en el éxito de las hormigas parece estar relacionado con su capacidad de nidificar en el suelo y explotar microhábitats muy ricos en energía. Otro factor importante es la capacidad de tienen las hormigas para realizar una gran variedad de comportamientos dentro de la colonia, a pesar de que no haya un líder que dirija o coordine las actividades.
Las hormigas tienen tres castas (reinas, machos y hembras estériles), denominadas obreras. Las obreras de mayor tamaño, o soldados, se encargan de defender la colonia; las obreras de tamaño intermedio, o recolectoras, se encargan de recoger alimentos; y las obreras de menor tamaño se encargan de cuidar de la reina y la progiene. Las obreras carecen de alas.



Abejas de la miel 
Las abejas, como las hormigas, son haplodiploides, de todos modos, no todas las abejas son sociales. Este hecho sugiere que la haplodiploidía puede ser una pre-adaptación para la vida social en las condiciones ecológicas apropiadas, pero no en cualquier condición.
La presencia o ausencia de una feromona producida por la reina determina el tipo de dieta con que las obreras alimentan a las larvas.  Cuando la reina está viva y tiene buena salud, la feromona se difunde por la colmena  a través de la trofolaxia (el intercambio de alimento entre las obreras) y el contacto corporal.
Las abejas tienen la facultad de calentar la colmena, conservando el calor generado por el metabolismo de una gran cantidad de individuos. Para conseguirlo, se aprietan unas contra otras en el interior de la colmena, formando masas de hasta 20.000 individuos. De este modo, evitan que la temperatura de la colmena descienda hasta el punto de congelación, incluso cuando la temperatura exterior alcanza 28 grados Celsius.  
Las abejas proporcionan aire acondicionado transportando agua a la colmena, dejando caer gotitas sobre las celdas de las larvas y abanicándolas con las alas. Este comportamiento permite distribuir aire fresco y húmedo por toda la colmena.

Cardúmenes
 Los peces que no son territoriales suelen formar cardúmenes o bancos. Un cardumen se caracteriza por el comportamiento colectivo: moverse al unísono dejando siempre aproximadamente la misma distancia entre individuos. Los cardúmenes no tienen un líder fijo; cualquier individuo puede propiciar un cambio en la dirección de avance de todo el grupo.
Los miembros de un cardumen de peces son aproximadamente del mismo tamaño y se atraen mutuamente entre sí. La ventaja de unirse a un cardumen que contiene peces de tamaño similar radica en que ningún individuo destaca entre los demás.
Los peces utilizan una reacción optomotora; es decir, detienen el movimiento de un estímulo en la retina nadando a la misma velocidad que él.

Cooperación en la reproducción
La cooperación en la reproducción es otra forma de comportamiento social descrita en los peces: los sujetos en edad juvenil de varias especies de cíclidos permanecen en el área resguardada del nido y ayudan a los adultos a proteger a la progenie.
Algunos peces nidifican en colonias. Por ejemplo, los machos de un tipo de perca sol construyen nidos individuales en el fondo del lago; pero los nidos están muy cerca los unos de los otros, lo que permite que los machos persigan juntos a los peces gato para alejarlos de los nidos que contienen huevos. Sin embargo otra especie de perca sol (lepomis gibbosus) próximamente emparentada con la anterior no forma colonias de nidificación; los machos construyen sus nidos individuales lejos de los nidos de sus coespecíficos.

¿A qué se debe esta diferencia?
Los machos de la especie que nidifica individualmente tienen aparatos mandibulares muy fuertes, ya que su dieta contiene alimentos duros. Estos peces pueden defender individualmente sus nidos de las incursiones de los depredadores, como el pez gato. Sin embargo, las percas sol que nidifican de forma colectiva llevan una dieta de alimentos blandos y tienen aparatos mandibulares más débiles.

Cooperación en la reproducción
AVES 
Las aves que nidifican de forma comunal son más eficaces a la hora de identificar y defenderse de los depredadores que las que nidifican de forma aislada.
La evolución de la nidificación colonial en las golondrinas puede estar relacionada con la tendencia a nidificar en lugares que fueron ocupados por otros coespecíficos en el pasado. Otro tipo de comportamiento social cooperativo relacionado con la reproducción consiste en que algunos individuos ayudan a otros a cuidar de su progiene, convirtiéndose en ayudantes de crías. Los nidos de pájaro carpintero común o picamaderos de las bellotas también incluyen a sujetos no emparentados que colaboran en el cuidado de los polluelos.

Bandadas
Las aves granívoras pueden beneficiarse del hecho de alimentarse en grupo. Asimismo, las bandadas también se asocian a ventajas defensivas. Cuando un miembro de una bandada de aves alza el vuelo de repente, posiblemente a raíz de la detección de un depredador, las demás aves lo siguen inmediatamente. Como ocurre con los bancos de peces, las bandadas de aves suelen presentar comportamientos colectivos cuando están en vuelo.

Caza cooperativa
Las águilas coronadas también pueden cooperar para atacar a los monos en las copas de los árboles. Una de las águilas actúa a modo de señuelo, llamando la atención del primate, mientras la otra ataca a la víctima distraída.

MAMÍFEROS
 A nivel de especies, en la clase de los mamíferos la sociabilidad es más frecuente en los animales grandes, probablemente porque los mamíferos de mayor tamaño son los que se alimentan en áreas abiertas. Esto determina que sean más vulnerables a la predación que los mamíferos nocturnos o los que construyen madrigueras, y, por tanto, pueden beneficiarse más de las defensas grupales.
Un factor fundamental en la evolución de la sociabilidad en los mamíferos es la leche. Puesto que las crías de mamífero dependen completamente de la leche materna.

Ungulados
Dentro del orden de los ungulados, los que son más grandes y viven en zonas abiertas son los más sociables. Por lo tanto, como ocurre en muchos grupos de animales, el riesgo de predación es uno de los factores más importantes en la evolución de  la sociabilidad en los ungulados.

Ñúes
El ñu azul es uno de los ungulados que más frecuentan la sabana africana. Las hembras se alimentan en grupo, con sus crías, mientras que los machos lo hacen en grupos de solteros. Los machos establecen territorios durante la estación reproductora, pero estos territorios solamente se utilizan durante el cortejo y el apareamiento.

Elefantes africanos
La unidad de menor tamaño se conoce como familia y está integrada por entre 10 y 20 hembras con sus crías. El segundo nivel de organización social es el grupo de parentesco. Abarca varios grupos familiares que se mantienen relativamente cerca y cuyos miembros, unidos por vínculos de parentesco, se separaron cuando el grupo familiar inicial se escindió al alcanza un tamaño excesivo.
Durante las migraciones, los elefantes suelen formar grupos todavía más extensos, conocidos como clanes, que pueden contener hasta 250 individuos. De todos modos, el clan no posee una organización interna propia. Los machos adolescentes son expulsados del grupo familiar y, a partir de entonces, viven con otros machos en bandas poco definidas. Incluso cuando forman grupos, los machos son mucho menos sociables que las hembras.
Los elefantes africanos comunican niveles variables de agresividad y de comportamiento defensivo con la cabeza, la trompa y las orejas. También utilizan los gruñidos, trompeteos, chillidos y sulbidos con fines comunicativos. Estos sonidos, cuyo significado varía en función de la intensidad y del contexto, permiten mantener el contacto entre los miembros de la unidad familiar y expresar distintos niveles de agresividad intraespecíficas. Los elefantes también se comunican mediante señales químicas.

Carnívoros  
Los carnívoros se benefician de vivir en grupos sociales porque un grupo puede cazar con mayor eficacia que un animal aislado. Los carnívoros como los leones y los lobos, pueden cazar en grupo presas de gran tamaño que resultarían inaccesibles para un animal solo. Asimismo, un grupo de animales puede defender mejor las piezas cazadas de las incursiones de los carroñeros.



Leones
Los leones son la especie más sociable de la familia de los felinos. Viven en grupos de aproximadamente 15 individuos, que suelen contener dos o tres machos adultos y varias hembras adultas con sus crías. Las leonas manifiestan niveles elevados de cooperación en la conducta predatoria. En los leones son las hembras quienes se encargan de defender el territorio.
Las hembras son las que guían al grupo en los desplazamientos y las que participan en la mayoría de las cacerías. Sin embargo, una vez capturada la presa, los que suelen comer en primer lugar son los machos, seguidos de las hembras y las crías. La principal contribución de los machos consiste en la protección del grupo.

Lobos
 Los lobos son unos de los cazadores sociables más eficaces. Cazando en manadas, los lobos son capaces de capturar animales mucho más grandes que ellos. En la familia de los cánidos, a la que pertenecen los lobos, hay dos rasgos comportamentales que constituyen una pre-adaptación para la caza cooperativa. En primer lugar, cazan en áreas abiertas y persiguen a sus presas, una estrategia que lleva al desarrollo de la cooperación. En segundo lugar, forman un tipo de especial de vínculo de pareja en el que el macho suministra alimento tanto a la madre como a las crías. 
Las manadas de lobos suelen contener entre 5 y 15 miembros. Se forman cuando una pareja abandona una manada original demasiado grande y tiene descendencia. El padre es el macho alfa y la madre la hembra alfa. El macho alfa es el líder de la manada durante la cacería y el centro de la atención de los demás miembros del grupo.

Cetáceos
 Los cetáceos depredadores de mayores dimensiones son muy difíciles de observar en su medio ambiente natural, puesto que suelen evitar a los humanos. Por ejemplo, pueden sumergirse a varios cientos de metros de profundidad en cuanto alguien se les aproxima.

Orcas
Las orcas utilizan diversas estrategias de caza cooperativa. Nadando de forma coordinada, un grupo de siete orcas del Antártico crearon olas de tal calibre que derribaron a una foca cangrejera que se había subido a un bloque de hielo. Cerca de la costa de Argentina se hicieron observaciones similares, y, en este caso, no hubo ninguna duda de que las orcas, aparte de cooperar en la caza, compartieron la pieza después de darle muerte.




Delfines comunes
Las observaciones realizadas en el oeste de Australia permitieron descubrir un tipo de comportamiento social insólito en los delfines. Se constató que los machos se dedican a pastorear a las hembras o que intentan controlar sus movimientos. Los machos forman grupos reducidos, de dos o tres individuos, e intentan forzar a las hembras a que se les unan. Puesto que las hembras no entran en estro muy a menudo, probablemente a los machos les conviene en términos de eficacia biológica estar cerca de las hembras para poder copular con ellas en el momento adecuado. A veces, dos grupos de machos pueden formar una coalición temporal e intentar robar hembras a otros grupos.

Primates
Puesto que el principal motor de la evolución del comportamiento social en los primates es la presión predatoria, los primates más sociables son los que pasan por lo menos parte del tiempo en el suelo. Los primates arborícolas, que pasan la mayor parte del tiempo en las copas de los árboles, no se beneficiarían tanto de las defensas grupales como primates terrestres. Además, los primates de vida arborícola no se pueden comunicar visualmente con tanta eficacia como los de vida terrestre debido a los límites que impone la vegetación a la transmisión de señales visuales.

Papiones sagrados
Los papiones sagrados viven en las regiones semiáridas que rodean al mar Rojo y pasan prácticamente todas las horas de vigilia en el suelo. Los machos adultos tienen unos caninos muy desarrollados y una melena gris ondulada, y son el doble de grandes que las hembras. Como cabría esperar a la vista de su acentuado dimorfismo sexual, el papión sagrado es una especie poligínica. Viven en grupos sociales básicos, denominados harenes, que constan de un macho y de dos a cinco hembras con sus crías.
El macho controla el comportamiento de las hembras mediante distintas formas de agresión, que van desde las miradas hostiles hasta los manotazos o los mordiscos en el cuello. Las hembras son castigadas por conductas como alejarse demasiado del macho del harén, relacionarse con extraños o pelearse entre sí. Los enfrentamientos entre hembras suelen estallar debido a la competencia por acceder al macho, sobre todo para asearle. Cuando los papiones sagrados se desplazan de un lugar a otro, forman grupos sociales más grandes denominados bandas.







Chimpancés
El chimpancé común, una especie que también es altamente sociable, resulta particularmente interesante porque es el pariente vivo más cercano del hombre. Durante muchos años se supo muy poco sobre el comportamiento de los chimpancés en estado natural porque era muy difícil acercarse suficientemente a ellos para observarlos en el hábitat densamente poblado de vegetación en que viven. Sin embargo, Jane Goodall desarrolló técnicas que consistían en pasarse días y hasta semanas en la selva, esperando pacientemente, sin apenas moverse.
Las observaciones llevadas a cabo por Jane y sus colaboradores, así como por otros grupos de científicos, indican que los chimpancés suelen vivir en grupos que contienen varios machos y varias hembras con sus crías. De todos modos, la sociedad de los chimpancés es más flexible que la de cualquier otro primate no humano de vida terrestre.
Los grupos que forman los chimpancés cambian frecuentemente de tamaño y composición. Durante la etapa infantil y juvenil, los chimpancés pasan mucho tiempo jugando, generalmente en grupos isosexuales. Los machos juegan sobre todo a pelearse; sin embargo, los juegos de las hembras son menos violentos y pasan más tiempo contemplando a las crías recién nacidas. Durante la cacería, los machos suelen actuar de forma cooperativa.
Las jerarquías de dominancia de los chimpancés se basan, en ciertas medidas, en las coaliciones que se establecen entre sus miembros. Los aliados se apoyan entre sí en los conflictos que puedan estallar entre alguno de ellos y un tercero. Asimismo, una coalición eficaz puede precipitar el destronamiento del macho más dominante del grupo.
Al parecer, hay diferencias sexuales importantes en las relaciones sociales que mantienen los chimpancés. Los machos forman alianzas mucho más a menudo que las hembras y son más proclives a establecer coaliciones de carácter oportunista. Consecuentemente, cuando cambian los vientos de política, las relaciones de amistad de los machos tienden a romperse.                                        
Sin embargo, las relaciones afiliativas entre hembras suelen basarse en los vínculos de parentesco y en lo que podríamos denominar preferencias personales.   











Resumen
Capítulo 17
FEROMONAS.

Las feromonas se descubrieron hace relativamente poco tiempo. En los años treinta, el químico alemán Adolpf Butenandt, galardonado con el premio Nobel, intento identificar el factor responsable de que los machos de la mariposa de seda se sintieran atraídos sexualmente por las hembras de su especie. La tarea resulto extraordinariamente compleja, porque la feromona que desempeñaba esta función que posteriormente se denominaría bombicol se segrega en cantidades extremadamente reducidas.
Las feromonas se pueden transmitir de un animal a otro de diversas formas distintas. En muchos mamíferos, las feromonas volátiles contenidas en la orina u otra secreciones corporales se difunden después de depositar las secreciones en el medio o de restregarlas contra algún objeto. Sin embargo, los peces y otros animales acuáticos se limitan a segregar a feromonas directamente en el agua. Algunos animales transmiten las feromonas a través del contacto directo con sus coespecíficos. Por ejemplo, los insectos eusociales a menudo intercambian feromonas al alimentar a otros miembros de la colonia a través de una técnica denominada trofolaxia.
Durante la estación reproductora, el macho de ciervo de cola negra recoge la orina de la hembra con la boca, levanta la cabeza, frunce el ceño y respira profundamente. Este comportamiento le permite evaluar directamente si la orina de la hembra contiene o no feromonas sexuales.
Las glándulas salivares de los machos sexualmente maduros secretan una feromona que transfieren a la hembra a través de la respiración. El olor de la respiración del macho, que se parece al de la orina, parece ser muy atractivo para las hembras sexualmente receptivas. La mayoría de las hembras en estro reaccionan ante la pulverización de un preparado que contiene la feromona masculina adoptando la postura de la cópula y mostrándose dispuestas a aparearse.
Las feromonas son muy importantes en la reproducción y en otras facetas del comportamiento social.

Conducta reproductora
Las feromonas de efecto inmediato (también denominadas feromonas sexuales), como su nombre indica, desencadenan respuestas inmediatas, comunicando atracción, receptividad sexual y eficacia biológica. Sin embargo, las feromonas de efecto diferido tienen un efecto aplazado y relativamente duradero, provocando cambios fisiológicos relacionados con la reproducción.

Feromonas reproductoras de efecto inmediato en los insectos
 La hembra de la lombriz de tierra del maíz presenta una adaptación sorprendente relacionada con el calendario reproductor. Reacciona ante una sustancia química contenida en el estigma del maíz liberando su feromona sexual en cuanto madura. De este modo, el apareamiento y el desove coinciden con el momento en que madura el maíz, el principal alimento de sus larvas.
Tradicionalmente, las plagas de insectos se controlaban utilizando insecticidas: productos químicos que eliminan plagas específicas. De todos modos, el uso de insecticidas tiene algunos inconvenientes.
Las feromonas sexuales tienen muchas ventajas sobre los insecticidas en el control de plagas. En unas pocas generaciones, los insectos pueden hacerse inmunes a las feromonas sexuales. (Si un animal desarrolla este tipo de inmunidad, no se podría aparear y, por lo tanto, no podría transmitir su inmunidad a la descendencia). Por lo tanto, se puede utilizar la misma feromona repetidamente durante largos períodos de tiempo.

Feromonas reproductoras de efecto inmediato en los mamíferos
En el ciervo de cola negra, aparte de la feromona sexual femenina contenida en la orina, ambos sexos tienen unas glándulas en la frente que secretan unas feromonas que atraen a los miembros del sexo opuesto. Difunden las feromonas frotándose las patas posteriores contra la frente.
Las pruebas empíricas sugieren que los ovocitos humanos atraen a los espermatozoides mediante feromonas. En las fecundaciones in vitro, los espermatozoides nadan hacia los ovocitos siguiendo una trayectoria bastante rectilínea. Asimismo, en los espermatozoides se han identificados unos receptores similares a las moléculas proteicas especializadas en detectar olores que se encuentran en el sistema olfativo.
La feromona materna, que también influye sobre las interacciones entre las madres mamíferas y sus crías. Utilizando un procedimiento experimental, los investigadores descubrieron que, cuando las crías de rata tienen unos catorce días, la madre produce una feromona que atrae a las crías y las mantiene cerca de ella. En el momento del destete, cuando las crías tienen unos 27 días, la madre deja de producir feromona materna, lo que contribuye a la dispersión de las crías.

Feromonas reproductoras de efecto diferido en los ratones
A diferencia de las feromona de efecto inmediato, las feromonas de efecto diferido influyen sobre la conducta reproductora modificando la fisiología reproductora. Las feromonas contenidas en la orina de los ratones tienen diversos efectos de carácter  diferido. La orina de un macho de ratón acelera el proceso de maduración sexual en las hembras inmaduras e introduce el estro en las hembras sexualmente maduras. Esta aceleración de la receptividad sexual se conoce como efecto Vandenbergh. Debido a este efecto, las hembras entran en estro poco después de la llegada de un macho; y, por lo tanto, el efecto resulta beneficioso para ambos sexos.
Sin embargo, si una hembra está embarazada y llega un macho desconocido, la feromona contenida en la orina del macho tiene un efecto muy diferente. La orina del macho induce al denominado efecto Bruce: el aborto o la reabsorción de los embriones. La interrupción del embarazo de la hembra aumenta la eficacia biológica del macho, ya que éste podrá inseminar a la hembra antes que si el embarazo hubiera llegado a término. Aunque de forma menos obvia, la interrupción del embarazo también puede ser beneficiosa para la hembra. Es bastante probable que un macho recién llegado cometa infanticidio, matando a las crías en cuanto nazcan, por lo que el aborto y la reabsorción de los embriones permiten que la hembra inicie un nuevo embarazo con más garantías de que la descendencia sea viable.
El olor de la orina de un macho de ratón también puede desencadenar el denominado efecto Whitten: la sincronización del estro en un grupo de hembras. Las hembras que entran en contacto con un macho o simplemente el olor de su orina, que contiene la feromona que provoca este efecto, ajustan rápidamente sus ciclos reproductores, de modo que entran en estro al mismo tiempo. Puesto que los ratones suelen amamantar a sus crías de forma colectiva, esta sincronización favorece la supervivencia de la crías. Si muere alguna de las madres, otras hembras, se encargarán de amamantar y de proteger a sus crías. Además, puesto que las hembras que pertenecen al mismo grupo suelen estar emparentadas, las madres adoptivas aumentan su eficacia indirecta.

Feromonas sociales en los insectos
Los insectos utilizan las feromonas en una gran variedad de comportamientos sociales. Por ejemplo, las feromonas les permiten reunirse, avisar de un peligro, reconocer a los miembros de la colonia, dejar rastros para localizar el alimento e informar sobre el estado de salud de la reina.
Muchos insectos utilizan feromonas de alarma: sustancias que segregan cuando amenaza algún peligro y que desencadenan la conducta de huida en los coespecíficos. En algunos casos, las feromonas de alarma inducen a los miembros de la colonia a reaccionar agresivamente en lugar de huir. Por ejemplo, el veneno de las abejas contiene una feromona que induce a otras abejas a que acudan al lugar donde se ha segregado y ataquen a los intrusos.
Una de las feromonas más importantes en los insectos eusociales es la feromona de reconocimiento: una sustancia que es exclusiva de cada colonia. Las obreras que vigilan la entrada del nido atacan a todos los insectos que intentan introducirse en su interior que no estén impregnados por esta feromona.
Hay un tipo muy especializado de feromona de reconocimiento denominada feromona funeral que informa sobre la muerte de un miembro de la colonia. Cuando muere un miembro de una colonia de hormigas, al descomponerse, su cuerpo libera una feromona que hace que las obreras transporten el cuerpo fuera del nido.
Por último, los insectos eusociales una segregan feromona denominada feromona de la reina que informa sobre el estado de salud de la reina de la colonia. Si la reina está viva y en perfecto estado de salud, produce la feromona y su difusión refuerza su statu en el seno de la colonia. Por ejemplo, las obreras que cuidan de la reina se impregnan de su feromona a través de la trofolaxia y el contacto corporal y la difunden por toda la colmena al relacionarse con los demás miembros de la colonia. Mientras la reina está viva y tiene buena salud, las obreras alimentan a las larvas con una dieta normal. Pero, si la reina muere o cae enferma, deja de producir suficiente cantidad de feromona. Las obreras reaccionan ante este hecho alimentando a algunas de las larvas con jalea real.


Feromonas sociales en los mamíferos
Las feromonas desempeñan un papel importante en el comportamiento social de muchos mamíferos, sobre todo en el marcaje territorial, la agresión y el reconocimiento individual.
Las feromonas contenidas en la orina de los perros y otros animales sirven para marcar los árboles u otros objetos como límites territoriales. Sin embargo, los estudiosos del comportamiento animal han constatado que este tipo de feromonas se disipan al cabo de un día o dos, por lo que, para mantener el territorio, es preciso ir reforzando las marcas regularmente.
Los ratones también se comunican a través de las feromonas contenidas en la orina. Los machos suelen atacar a todos los machos coespecíficos que se cruzan en su camino. Sin embargo, los machos castrados no provocan respuestas agresivas; al parecer, los testículos producen una feromona que desencadena las respuestas agresivas.
Muchos mamíferos, igual que los insectos, reconocen a los miembros de su grupo social basándose en las feromonas. Además, los perros y los ratones son muy hábiles a la hora de reconocer a individuos concretos a partir de las feromonas que segregan y de otros indicios químicos. Los ratones son capaces de detectar diferencias en el olor de la orina o de otras secreciones corporales basadas en variaciones muy sutiles en la estructura proteica.
A modo de conclusión, las feromonas sociales influyen sobre el comportamiento social de una gran variedad de animales, sobre todo los insectos sociales, las feromonas influyen  sobre el comportamiento social de una forma relativamente estereotipada. Las feromonas segregadas por dos individuos distintos pertenecientes a la misma casta tienen exactamente el mismo efecto. Sin embargo, los mamíferos típicamente aprenden a distinguir las feromonas segregadas por individuos concretos, lo que les permite responder de forma distinta a los distintos miembros del grupo.

Costes y beneficios de la comunicación a través de feromonas
La comunicación a través de feromonas aporta beneficios, sobre todo a los insectos eusociales. El potencial para la comunicación compleja que tienen estos insectos es considerable, ya que segregan muchas sustancias químicas que actúan como feromonas, por ejemplo, en las glándulas de ciertas especies de hormigas se han identificado 50 feromonas potenciales.
Además, la misma feromona puede comunicar varios mensajes distintos en función del contexto. De todos modos, la comunicación a través de feromonas también tiene sus inconvenientes, sobre todo cuando pueden ser detectadas por animales de otras especies.
También existe la posibilidad de que un depredador se sienta atraído por las feromonas segregadas por otro animal que, por este motivo, se acabará convirtiendo en su presa. Ante esta posibilidad de comunicarse con animales de otras especies resulta menos problemática en el caso de las feromonas de alarma.


HORMONAS
El medico griego Hipócrates sugirió que la buena salud era el resultado de un perfecto equilibrio entre cuatro fluidos. Pero hasta el año 1840 no se realizó ningún experimento propiamente dicho sobre las hormonas. A.A. Berthold castró a varios gallos, observó los cambios que se producían en su comportamiento y después les reimplantó los testículos. Berthold comprobó que los animales volvían a presentar conductas sexuales normales y concluyó que los testículos liberan alguna sustancia en la sangre cuya función consiste en regular la conducta sexual.
En la primera parte del siglo xx los investigadores empezaron a experimentar sistemáticamente con sustancias extraídas de glándula endocrina, observar los cambios comportamentales, siguiendo un procedimiento experimental muy extendido en la actualidad. Sin embargo, hoy en día también es posible identificar los efectos locales de las hormonas implantando hormonas en áreas concretas del cuerpo animal, sobre todo en determinadas partes del cerebro. La mayoría de las glándulas endocrinas, sobre todo en los vertebrados, liberan las hormonas directamente en el torrente sanguíneo.
Las hormonas tienen dos tipos generales de efectos. Los efectos organizadores estimulan cambios estructurales relativamente permanentes en la organización neural. Estos cambios suelen tener lugar durante los períodos sensibles del desarrollo propios de las primeras etapas de la vida.
Sin embargo, los efectos activadores son transitorios y solamente perduran mientras la hormona se encuentra en grandes cantidades.  

Conducta reproductora
Dos hormonas esteroides íntimamente relacionadas entre sí y producidas por las gónadas, la testosterona y el estradiol ejercen un influjo fundamental sobre la conducta sexual. La similitud existente entre estas dos hormonas sexuales se pone de manifiesto tanto en la estructura bioquímica como en el proceso se síntesis.  De hecho, el estradiol se sintetiza a partir de la testosterona puede entrar en una célula, sufrir un proceso de síntesis y transformarse en estradiol, produciendo el efecto propio de una molécula de este último tipo. 
Tener un nivel elevado de testosterona es básico para distintos aspectos de la sexualidad masculina.
Varias clases de vertebrados producen testosterona y estradiol, y la composición bioquímica de cada una de estas hormonas es muy similar en todas ellas. Consistentemente con esta similitud, la misma hormona que influye sobre el desarrollo de la tendencia a parearse de los machos de rana estimula el crecimiento de la melena en los machos de león. Por lo tanto, aunque las funciones específicas de las hormonas sexuales han cambiado, no ha tenido lugar ningún cambio evolutivo en la estructura de estas hormonas a lo largo de muchos millones de años.




Efectos organizadores de las hormonas sobre la conducta reproductora 
Las investigaciones sobre los efectos de la castración también han aportado pruebas de que durante las primeras etapas del desarrollo la testosterona tiene un efecto organizador sobre los centros nerviosos relacionados con la reproducción. Por ejemplo, los machos de rata que tienen cantidades normales de testosterona desarrollan un área pre-óptica que es el doble de grande que el área pre-óptica de los machos castrados inmediatamente después del nacimiento.
Puesto que la testosterona posee un efecto masculinizante sobre el desarrollo de los órganos sexuales y de las estructuras cerebrales relacionadas con la conducta sexual, no debe extrañar que exista una relación significativa entre el nivel de testosterona y la conducta sexual. 
Los principios de la masculinización y de la feminización relacionados con la presencia o ausencia de testosterona durante un período efectos organizadores de las hormonas sobre varias estructuras y comportamientos relacionados con el apareamiento. De todos modos, los periodos sensibles para el desarrollo de los órganos sexuales, el desarrollo neutral específico y el desarrollo del potencial para la conducta sexual no coinciden en el tiempo.

 Efectos activadores: comportamiento sexual masculino
 La testosterona estimula el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios masculinos, como el plumaje llamativo de muchas aves, la cornamenta de algunos ungulados, y la melena de los leones.
La producción de testosterona está regulada por una hormona segregada por la hipófisis anterior denominada hormona folículo-estimulante (FSH). En la mayoría de especies de aves y en muchos ungulados con cornamenta, la producción de FSH es sensible a la longitud del ciclo diario (la duración del día). Consecuentemente, la producción de FSH es estacional, y los machos sólo desarrollan los caracteres sexuales secundarios durante la estación reproductora. Sin embargo, en muchos mamíferos, como los leones, la producción de FSH es relativamente constante y, consecuentemente, los machos retienen los caracteres sexuales secundarios durante todo el año. Esta constancia es posible debido al circuito de retroalimentación negativa que se establece entre ciertas partes del cerebro y los testículos. Cuando el nivel de FSH es elevado, los testículos son inducidos a producir testosterona. Pero, cuando los receptores del hipotálamo detectan un nivel elevado de testosterona en sangre, el hipotálamo envía un mensaje químico a la hipófisis anterior que reduce la producción de FSH. El descenso del nivel de FSH provoca una disminución de la producción de testosterona.
Después de la eyaculación, los machos suelen entrar en un período refractario; es decir; un período durante el cual no reaccionan ante la estimulación sexual. Al eyacular, se segregan dos hormonas producidas por la hipófisis anterior, la óxitocina y la prolactina, en grandes cantidades. Al parecer, estas hormonas inducen al reposo y provocan una pérdida del interés sexual inmediatamente después de la eyaculación.



 Efectos activadores: comportamiento sexual femenino
En los mamíferos como la rata, la receptividad sexual de la hembra está regulada por dos hormonas: el estradiol y la progesterona, una hormona esteroide segregada por el cuerpo lúteo de los ovarios. Los resultados de las investigaciones en que se bloqueó experimentalmente la producción de estas hormonas indican que el estradiol prepara la hembra. Después, si es estimulada por la progesterona en algún momento de período de tiempo comprendido entre los 18 y las 24 horas siguientes, la hembra se vuelve sexualmente receptiva. La preparación mediante el estradiol seguida de la estimulación mediante progesterona tiene otros efectos añadidos. Las hembras no son meras receptoras pasivas de los intentos de interacción sexual de los machos sino que en muchos casos manifiestan proceptividad, o la tendencia a fomentar la interacción sexual con los machos. Por ejemplo, la hembra de rata agita a las orejas, se agacha y pone la cola hacia un lado, conducta que, al perecer, excitan tremendamente a los machos.

Efectos activadores: comportamiento maternal
Después del apareamiento, las hormonas siguen contribuyendo a los procesos reproductores influeyendo sobre el comportamiento maternal. Los niveles elevados de progesterona y prolactina median conjuntamente conductas tan distintas como la incubación en la gallina doméstica. A parte de la progesterona y la prolactina, la oxitocina también interviene en la lactancia. La oxitocina estimula el reflejo de subida de la leche al área del pezón, una respuesta que es imprescindible para que una cría de mamífero pueda obtener leche al succionar. Cuando una cría de mamífero mama por primera vez, la estimulación de los pezones de la madre induce la liberación de oxitocina y la subsiguiente subida de la leche. Después, conforme la cría sigue mamando, la estimulación del pezón mantiene elevado el nivel de oxitocina, lo que a la vez, estimula la producción de prolactina. Por último, los niveles elevados de prolactina permiten producir leche de forma continua. Este circuito de retroalimentación positiva permite que la madre mamífera produzca grandes cantidades de oxitocina y prolactina solamente durante la lactancia.

La interacción entre las hormonas y las neuronas en la reproducción
El hecho de que estimular a un macho suministrándole testosterona durante las primeras etapas del desarrollo provoque un crecimiento del área pre-óptica es un ejemplo de cómo las hormonas interactúan con las neuronas en el control de la conducta reproductora. Otro ejemplo lo encontramos en el desarrollo de receptores sensibles a la testosterona en las neuronas. Si se estimula a un animal suministrándole testosterona durante las primeras etapas del desarrollo tiene lugar un incremento de la cantidad de receptores neuronales para la testosterona en el área pre-óptica.
Por lo tanto, la masculinización provocada por la testosterona puede ser el resultado del incremento tanto de la cantidad de neuronas como de su sensibilidad a la testosterona.




Conducta social
La testosterona no solo influye directamente sobre el comportamiento sexual de los machos, sino que también contribuye indirectamente al éxito reproductor de estos último incrementando su agresividad para con otros machos de la misma especie. La agresividad favorece el éxito en los enfrentamientos con otros machos y, en algunos casos, permite adquirir un territorio de apareamiento. El influjo de la testosterona sobre la agresividad también puede ser organizador o activador.

Efectos activadores de las hormonas sobre la agresión
En una gran variedad de animales, la testosterona tiene un efecto activador sobre la agresión. Los estudios experimentales avalan esta conclusión, ya que las inyecciones de testosterona suelen aumentar el nivel de agresividad entre machos, mientras que la castración los reduce. Esta facilitación de la agresión parece ser el resultado de la combinación de varios factores. En primer lugar, la testosterona puede disminuir el umbral de ataque, haciendo que el animal reaccione agresivamente en una mayor variedad de situaciones. En segundo lugar, la testosterona puede aumentar el nivel de atención a los estímulos relacionados con el ataque. En tercer lugar, el crecimiento de la masa muscular y el aumento de tamaño que suele provocar la testosterona pueden favorecer indirectamente la tendencia a agredir. Por último, el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios inducido por la testosterona puede incrementar la tendencia de los machos coespecíficos a reaccionar agresivamente ante las señales de lucha. Además, la testosterona favorece un incremento del nivel de actividad que recibe el nombre de inquietud migratoria.    
La inquietud migratoria se asocia a una tendencia a volar en determinada dirección, pero también incrementa la tendencia de los machos a comportarse de forma agresiva. Por último la testosterona estimula a los machos a emitir sus cantos territoriales y de cortejo. Igual que los colores llamativos, estos cantos tienden a desencadenar los ataques de otros machos coespecíficos.

 Efectos organizadores de las hormonas sobre la agresión
Los efectos organizadores de las hormonas son tan básicos en el comportamiento de los primates como en el de cualquier otro animal.
Las hembras de macaco a quienes se les administra testosterona en las últimas fases del desarrollo fetal juegan más a pelearse después del nacimiento. Parece ser que los efectos prenatales de la testosterona que normalmente se agrega durante un período de tiempo breve del desarrollo fetal masculino organizan el desarrollo cerebral fomentando la agresividad, de forma similar a cómo esta misma hormona organiza el desarrollo cerebral en lo que se refiere a la conducta sexual.
En los pájaros cantores, suele ser el estradiol, en vez de la testosterona, la hormona que tiene efectos organizadores sobre el canto y sobre la agresividad. De ahí que las hembras de estas especies, que suelen tener niveles bajos de estradiol durante las primeras etapas del desarrollo, no canten a pesar de que se les inyecte testosterona en la edad adulta.

Las respuestas antes el estrés en los adultos
Los animales presentan el mismo tipo de reacción fisiológica general ante un depredador y ante un coespecíficos amenazante, independientemente de que el animal amenazado se disponga a atacar, a huir o quedarse completamente inmóvil. Las hormonas epinefrina y norepinefrina, segregadas por la médula suprarrenal, sirven para movilizar los recursos corporales y aportar energía extra.
La epinefrina y la norepinefrina también funcionan como neurotransmisores.
Cuando una animal está expuesto a una amenaza continua, una condición que se puede simular en el laboratorio administrándole descargas eléctricas constantemente, presenta lo que se conoce como síndrome de adaptación general. El síndrome de adaptación general consta de tres fases. La primera fase, conocida como fase de alarma, secreción de hormonas suprarrenales que permiten obtener energía extra de forma inmediata. La segunda fase, denominada fase de resistencia, se caracteriza por la secreción de hormonas corticosteroides, producidas por la medula suprarrenal; estas hormonas mantienen la temperatura corporal, la presión arterial, y la tasa respiratoria a un nivel elevado, proporcionando recursos durante un período de tiempo más lago para hacer frente a una amenaza persistente.

Respuestas prenatales al estrés materno
En un experimento clásico, Richard Thompson (1957) administró descargas eléctricas a ratas embarazadas y comprobó que no solo las madres sino también los hijos sufrieron los efectos del estrés. Al nacer, las crías presentaron niveles de actividad más bajos de lo normal. Estudios realizados posteriormente indicaron que los efectos del estrés prenatal pueden perdurar durante la edad adulta, sobre todo en los machos.
Cuando los hijos de sexo masculino de madres que fueron expuestas a condiciones estresantes durante el embarazo se hacen adultos, desarrollan penes más pequeños de lo habitual y se le implican menos en conductas sexuales normales que los machos que no sufrieron estrés prenatal.
En consonancia con estos resultados, los hijos de sexo masculino expuestos a estrés prenatal son menos agresivos que los que tuvieron un desarrollo fetal normal.
Estos efectos parecen obedecer a los niveles elevados de corticosteroides segregados por las madres durante el embarazo. Estas hormonas reducen la producción de testosterona en los fetos de sexo masculino. Esta reducción del nivel de testosterona se asocia, a su vez, a la inhibición de los procesos de masculinización responsables de la conducta sexual y agresiva típicamente masculina.  
Por último, existen pruebas de que las respuestas prenatales al estrés materno determinan que los animales sean más vulnerables al estrés en el futuro.
De todos modos, las ratas cuyas madres fueron expuestas a condiciones estresantes durante el embarazo reaccionan de una forma anormalmente intensa ante el estrés cuando alcanzan la edad adulta. Al parecer la incapacidad de un animal de adaptarse al estrés a largo plazo o de ajustarse a los efectos perjudiciales del estrés a largo plazo de sus madres puede provocar graves problemas.

Como han incidido las redes sociales en el ámbito educativo

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