La argumentación
Desde la antigüedad, la argumentación ha sido objeto de interés en todas las áreas donde se practica el arte de hablar y de escribir de manera persuasiva. En la actualidad, el estudio de la argumentación ha recobrado vigencia debido a la gran influencia que los medios de comunicación tienen sobre la sociedad. Esta influencia se manifiesta en el planteamiento de estrategias argumentativas para convencer al público acerca de ciertos valores e ideas. Ejemplo de esto son los discursos argumentativos relacionados con la publicidad o el pensamiento político. Así pues, la principal motivación del estudio de la argumentación (por parte de los argumentadores) consiste en establecer si el razonamiento planteado es verosímil, es decir, si quien es objeto de la argumentación estará dispuesto a aceptarla.
Un argumento no es solamente la afirmación de algunas opiniones, ni tampoco simplemente es una disputa. Son intentos de apoyar opiniones con razones.
De este modo son esenciales. Lo es así porque es una forma de tratar de documentarse acerca de qué opiniones son mejores que las demás, ya que no todos los puntos de vista son iguales para las personas. Algunas conclusiones pueden apoyarse en buenos razonamientos, mientras que otras tienen un sustento más débil, pero frecuentemente se desconoce cuál es cuál. Por ello, se tienen que dar argumentos en favor de las conclusiones, para luego valorarlos y considerar cuán fuertes y verdaderos son.
Por lo tanto, argumentar es importante por otro motivo, ya que una vez que se ha llegado a una conclusión apoyada en razones se explica y se la defiende mediante argumentos.
Argumentar
Es dar razonamientos que se sirvan para demostrar una proposición. Deducir, inferir consecuencias o razones en apoyo de una cosa. Es un diálogo en el que un sujeto (el enunciador) presenta una serie de argumentos con los que pretende modificar la conducta de otro sujeto (el enunciatario), de forma que éste último acepte la tesis propuesta por el primero.
La palabra argumento puede usarse para indicar cualquier enunciado que afirma algo. El argumento, por tanto, niega todo lo que le contradice. La expresión 'argumento' es más o menos sinónima de 'argumentación', salvo que mientras que 'argumentación' designa también la actividad de argumentar, 'argumento' se refiere a la específica estructura discursiva en la cual el argumento se presenta. En la práctica el argumento jurídico es uno de los más frecuentes y reviste una gran importancia en el ámbito jurisdiccional, pues con él se recurre a la jurisprudencia y a la doctrina que son sus vertientes principales.[1]
Argumentar o razonar es una actividad que consiste en dar razones a favor o en contra de una determinada tesis que se trata de sostener o refutar. Esa actividad puede ser muy compleja y consistir en un numero muy elevado de argumentos, conectados entre si de muy variadas formas.
Por ejemplo, una sentencia reciente del tribunal constitucional español sobre la constitucionalidad o no de la ley sobre técnicas de reproducción asistida (LTRA) ocupa casi 50 páginas. Así el tribunal entiende que el LTRA en su conjunto no vulnera la reserva de la ley orgánica, porque el articulo 15 de la constitución españolase refiere que la LTRA no desarrolla ese derecho fundamental y en consecuencia no es necesario que adopte la forma especifica de ley orgánica; que permitir a la mujer decidir libremente la suspensión de un tratamiento de reproducción asistida no afecta al contenido esencial del derecho a la vida, ni supone admitir tácitamente un nuevo supuesto de aborto, ya que esa desicion solo puede tomarla hasta el momento en que se haya producido la transferencia de embriones al útero materno o no permitir la fertilización de cualquier mujer con independencia de que el donante sea su marido o del hecho de que este o no vincula matrimonialmente no vulnera el núcleo esencial de la institución familiar, ya que la familia protegida constitucionalmente no es únicamente la familia matrimonial.
Todos esos argumentos y muchos otros que cabe encontrar en esa sentencia constituyen una misma argumentación, porque se inscriben dentro de un proceso que comienza con el planteamiento de un problema y termina con una respuesta. De manera que podemos distinguir entre la argumentación en su conjunto cada uno de los argumentos que se compone y los conjuntos parciales d argumentos dirigidos a defender o combatir una tesis o una conclusión. Así el primero de los argumentos recogidos forma una línea con varios otros, dirigidos a probar que la ley en cuestión no vulnera la reserva de la ley orgánica.
Embarcarse en una actividad argumentativa significa aceptar que el problema de que se trata ha de resolverse mediante razones que se hacen presentes por medio del lenguaje oral o escrito. Argumentar supone, pues, renunciar al uso de la fuera física o de la coacción psicológica como medio de resolución de problemas. Además en una argumentación pueden distinguirse varios elementos: aquello a lo que se llega, la conclusión, y los criterios que controlan el paso de las premisas a la conclusión, esto es, la inferencia.[2]
Argumentación jurídica
La argumentación jurídica es un proceso cognitivo especializado (teórico o practico) que se realiza mediante concatenación de inferencias jurídicas consistentes, coherentes, exhaustivas, teleológicas, fundadas en la razón suficiente, y con conocimiento idóneo sobre el caso objeto de la argumentación. La argumentación jurídica se concretiza relacionando premisas, a la luz vinculante de los principios y demás cánones lógicos pertinentes, para obtener secuencial y correctamente, conclusiones que, según el caso, afirme o nieguen la subsunción del hecho en la hipótesis jurídica o afirmen o nieguen la validez o invalidez o la vigencia formal o real de la norma jurídica dada o afirmen o nieguen la pertinencia o impertinencia, o la aplicabilidad o inaplicabilidad o la compatibilidad incompatibilidad de la norma jurídica al caso concreto.
Finalidad de la argumentación
La argumentación tiene como finalidad conseguir que la tesis propuesta sea admitida por el interlocutor. La argumentación está orientada específica a persuadir a los demás sobre lo que dice el argumentante argumentante; y, si fuere el caso, lograr que los persuadidos obren conforme a sus designios designios. La eficiencia de la argumentación consiste en imprimir en la tesis esgrimida una vitalidad tal la fuerza y las razones convincentes, tales que conduzcan a los interlocutores, destinatarios de la argumentación, hacía la acción u omisión que se busca.
Importancia de la argumentación
La argumentación resulta importante en cuanto permite suplir la falta de prueba fehaciente respecto de la veracidad o falsedad de la tesis objeto de la argumentación argumentación. La argumentación constituye también parte de la necesidad social de comunicación al servicio de la actividad cognoscitiva y práctica, ya que constituye objeto de la argumentación, ya sea una tesis, un hecho, un acto, un fenómeno, que sea susceptible de generar puntos de vista en pro y en contra. Es importante señalar un límite entre la demostración y la argumentación, analizando sus semejanzas o diferencias diferencias; ya que la demostración debe ser en todos los casos muy rigurosa y tener como única finalidad descubrir la veracidad o validez de la tesis sin importarle quien o quienes podrán quedar convencidos de ella.