Liberalismo Social
El
liberalismo normalmente incluye dos aspectos interrelacionados, el social y el
económico. El liberalismo social es la aplicación de los principios liberales
en la vida política de los individuos, como por ejemplo la no intromisión del
Estado o de los colectivos en la conducta privada de los ciudadanos y en sus
relaciones sociales, existiendo plena libertad de expresión y religiosa, así
como los diferentes tipos de relaciones sociales consentidas, morales, etc.
Liberalismo Económico
El liberalismo económico es la aplicación de
los principios liberales en el desarrollo material de los individuos, como por
ejemplo la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre los
ciudadanos, impulsando la reducción de impuestos a su mínima expresión y
reducción de la regulación sobre comercio, producción, etc. Según la ideología
liberal, la no intervención del Estado asegura la igualdad de condiciones de
todos los individuos, lo que permite que se establezca un marco de competencia
justa, sin restricciones ni manipulaciones de diversos tipos.
Liberalismo Político
El
liberalismo político inspiró la organización del Estado de Derecho durante el
siglo XIX. Pero para conseguir cambiar y consolidar un nuevo sistema de
gobierno, era precisa una profunda crítica y transformación social y económica,
de modo que todos los individuos tuvieran los mismos derechos, y una mayor
libertad de actuación.
Liberalismo Benthamiano
Una
división menos famosa pero más rigurosa es la que distingue entre el
liberalismo predicado por Jeremías Bentham y el defendido por Wilfredo Pareto.
Esta diferenciación surge de las distintas concepciones que estos autores
tenían respecto al cálculo de un óptimo de satisfacción social.