RESUMEN DE LA PÁGINA 38 A LA 48 DEL DISEÑOCURRICULAR DEL NIVEL INICIAL

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 ANÁLISIS DEL CURRICULUM DE NIVEL INICIAL

CARACTERIZACIÓN DEL CONTEXTO EN QUE SE DESARROLLAN LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS DEL NIVEL INICIAL

 

La República Dominicana, “colocada en el mismo trayecto del sol” como lo expresó el poeta nacional don Pedro Mir, cuenta con 9, 445,281 habitantes, de los cuales el 49.8% corresponde al sexo femenino y el 50.2% al masculino. La mayor parte de la población está ubicada en la zona urbana, condición derivada del proceso migratorio interno. Casi la mitad de esa población es  menor de 25 años, lo que constituye una fortaleza para el desarrollo de la sociedad dominicana. Las dominicanas y los dominicanos, por sus orígenes  culturales proveniente  de los  indígenas, españoles y africanos, expresan en su fenotipo  una diversidad cultural, mostrando rasgos que los y las distinguen, entre los que destacan la solidaridad, la espontaneidad, el sincretismo religioso, el sentido del humor, la constancia ante la vida” y “un afán de vivir y de vivir cada momento intensamente” (Zaiter, 1985).

 

La caracterización del niño y de la niña, desde una perspectiva social, permite determinar sus necesidades individuales y colectivas, las cuales deben ser tomadas en cuenta desde las políticas públicas, mediante las cuales el Estado garantice el desarrollo de ese ser humano integral sujeto de derechos. Los niños y las niñas, en su proceso de desarrollo integral, van aprendiendo de su contexto y de su cultura. Son alegres, extrovertidos y extrovertidas, confiados y confiadas, aun perteneciendo a grupos desfavorecidos participan y se integran con entusiasmo, alegría y creatividad en la dinámica cotidiana de sus familias y manifestaciones socioculturales, así como en las celebraciones de sus comunidades.

 

Este contexto en el que está inserta la República Dominicana es en varios aspectos similar al de otras sociedades, influenciadas por manifestaciones tales como la mundialización de la economía, bloques económicos regionales, expansión de la tecnología, uso masivo de las comunicaciones con predominio de redes sociales y la imagen, avance acelerado y sostenido de la ciencia y la tecnología, reconocimiento de los derechos fundamentales de las personas, aumento de los conflictos y la violencia en todas las esferas de la sociedad, aumento de los desastres naturales como efecto del cambio climático y, lamentablemente, el aumento de la pobreza. Todo esto impacta en términos positivos o negativos a la población infantil.

 

La Ley General de Educación 66- 97, en su artículo 33, consagra el Nivel Inicial como el primer Nivel del Sistema Educativo, la obligatoriedad del grado Pre-Primario y determina la atención a niños y niñas menores de 5 años con el concurso de la familia y otros sectores de la sociedad dominicana. La Ley General de Salud 42-01 establece el derecho a la promoción de la salud, prevención de enfermedades, recuperación y rehabilitación, sin discriminación alguna. Asimismo figura la Ley 136-03 del Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes. A partir de estas leyes, fueron creadas instituciones y se han ofrecido servicios que han permitido ir instalando el sistema de protección. En la República Dominicana, el contexto familiar y sociocultural en el que se desarrollan los niños y las niñas desde el nacimiento hasta los seis años está enmarcado por las condiciones socioeconómicas y de vulnerabilidad que afectan a la mayoría de la población. Lo avances aún no son suficientes, pues existen desafíos tales como la falta de oportunidades, La desigualdades  de derechos, carencia de registro de nacimiento,  incremento de madres niñas y adolescentes, estructuras familiares dispersa y disfuncionales, baja educación y profesionalización de los padres y madres.

El incremento de las enfermedades infecto-contagiosas, junto con la diarrea, la desnutrición y las infecciones respiratorias agudas, especialmente la neumonía, constituyen unas de las principales causas de mortalidad en la infancia en los países en desarrollo. En cuanto al tema de la nutrición, el 7% de los niños y niñas padecen de desnutrición crónica, un 2% presenta desnutrición aguda y el 4% desnutrición global, un 7% de niños y niñas adolecen de sobrepeso. La vacunación completa todavía es baja, un  (44%) de los niños y las niñas de 12 a 23 meses han recibido todas las vacunas recomendadas (Endesa 2013). Al panorama descrito hay que añadirle  la inseguridad ciudadana, violencia intrafamiliar, lo cual afecta  el desarrollo personal, social y educativo de los niños y niñas del Nivel Inicial. Afortunadamente, las limitaciones y fortalezas descritas coexisten con las múltiples potencialidades y capacidades que poseen los niños y las niñas, que reafirman su identidad personal, social y cultural, haciendo de la experiencia educativa del Nivel Inicial una posibilidad y una necesidad para contribuir a un adecuado desarrollo integral de la niñez.

Características del niño y de la niña desde el nacimiento hasta los seis (6) años. La imagen del niño o de la niña como un ser carente de saberes y débil ha sido superada por una visión que entiende y asume que son seres humanos competentes, que desde su nacimiento son protagonistas de sus historias. Los niños y las niñas, portadores y portadoras de múltiples lenguajes desde que nacen, tienen afectos e intereses diversos y participan de manera activa en la construcción de su propio ser.

La persona es un ser integral, determinada por el medio social, cultural, natural y físico en un momento y en un contexto histórico específico. El desarrollo humano es un proceso que se inicia desde la concepción y continúa hasta la muerte, transcurriendo de manera ordenada, teniendo en cuenta que este desarrollo es influenciado por factores internos y externos, como  la madurez biológica, el desarrollo mental o cognoscitivo y  la historia familiar. El desarrollo infantil se organiza generalmente en cuatro áreas o dimensiones: desarrollo motor, desarrollo cognitivo, desarrollo socio-afectivo y desarrollo del lenguaje. Estas cuatro áreas del desarrollo se relacionan unas con otras y conforman la totalidad del ser humano.

 

Desarrollo motor: Se refiere al crecimiento del cuerpo así como al control gradual de los músculos grandes y pequeños. Desarrollo socio-afectivo: Incluye la forma en que los niños y las niñas se sienten consigo mismos y consigo mismas y con los demás, cómo interpretan los sentimientos, la habilidad para regular sus emociones y expresarlas de manera culturalmente apropiada. Desarrollo cognitivo: Incluye la forma en que los niños y las niñas piensan e interpretan el mundo y usan lo que aprenden en diversas situaciones. Desarrollo del lenguaje: Se refiere a la capacidad de comunicarse, haciendo uso de diferentes formas de expresión.

El niño y la niña desde el nacimiento hasta los 3 años. El desarrollo y progreso en esta etapa resultan de la interacción con el ambiente y las personas que se relacionan con el niño y la niña, respondiendo a sus necesidades y sus deseos. Cada bebé es único, por eso es importante que el adulto identifique sus necesidades y características, dándole apoyo para que se sienta seguro o segura, y manifieste sus emociones. Los y las bebés desde sus primeros días comprenden el mundo como una suma de causas y efectos. Su comprensión se hace más compleja en función de las experiencias y conocimientos que van integrando.

 

 Desde el nacimiento  hasta los tres años el desarrollo motor del niño y la niña sigue un patrón céfalo-caudal y próximo-distal. Significa que va adquiriendo el control de sus movimientos, iniciando por la cabeza hasta llegar a los pies y pasa de movimientos amplios para los que utiliza el brazo o la pierna completa hasta lograr el control de la mano o el pie y finalmente de los dedos. El desarrollo del lenguaje oral durante los primeros tres años de vida se inicia con la etapa del llanto como forma de comunicarse, en esta etapa surge  la aparición del “lenguaje egocéntrico. Según Vygotski, éste es un proceso le permite regular el propio comportamiento, le ayuda a enfocar su atención y dirigir sus acciones. La capacidad de crear mundos imaginarios es parte del proceso cognitivo del niño y la niña durante sus primeros años.

El niño y la niña de 3 a 6 años. En esta etapa, el niño y la niña reconocen su identidad sexual. Entre los 3 y 6 años, construyen su auto concepto, vinculado a distintos aspectos del yo, principalmente en términos positivos. Son más independientes y seguros de sí mismos y de sí mismas. A los 4 años, se inicia la autorregulación, así como la comprensión y uso de las reglas, siendo capaz de aplicar este concepto a situaciones sociales variadas. Disfruta el juego de roles. El conocimiento de su esquema corporal aumenta. El niño y la niña identifican todas las partes externas de su cuerpo y sus funciones. Tienen mayor habilidad en la motricidad fina, pueden atarse los cordones de sus zapatos y abotonarse la camisa sin dificultad. El desarrollo del lenguaje en las edades de 3 a 6 años se caracteriza principalmente por su capacidad imaginativa. El niño y la niña son capaces de comunicarse con frases y luego a través de oraciones complejas. Al finalizar esta etapa pueden vocalizar de forma correcta, mostrando pleno dominio del repertorio fonético.

Estrategias de atención en el nivel inicial. Durante los primeros años de vida del niño y la niña, la familia y la comunidad adquieren especial preponderancia para garantizar la atención y educación integral, asegurando que puedan acceder a mejores condiciones de vida. Por consiguiente, los programas dirigidos a la primera infancia deben establecer relaciones con los padres, madres, o adultos o adultas responsables de establecer patrones de crianza, quienes son los principales interesados en que los niños y las niñas tengan acceso a un servicio eficiente y oportuno. La Ley 136-03 de Protección y Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes en su Principio IX, establece que La sociedad debe y tiene derecho a participar activamente en el logro de la vigencia plena y efectiva de los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes y el  Estado debe crear formas para la participación directa y activa de las instituciones gubernamentales y no gubernamentales.

 

Los programas de atención a la primera infancia responden a un enfoque de derecho, lo mismo que ecológico, debido a que adquieren importancia los espacios físicos, sociales y culturales del niño y la niña. Dichos programas son ofertados desde la concepción hasta los seis años, y contemplan: salud, nutrición, educación, recreación, y protección. Deben tener también una visión inclusiva y de valoración a la diversidad, asegurando a participación de todos los niños y niñas que viven en territorio dominicano. Esto es posible mediante estrategias gestoras de articulación sectorial, para brindar los servicios y proveer la infraestructura adecuada a las características de estas edades, como  la formación necesaria de educadores y educadoras y demás actores involucrados.



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