El condicionamiento clásico está enfocado en respuestas automáticas, conductas no voluntarias. Es un tipo de aprendizaje en el cual un estimulo neutro, que no provoca ninguna respuesta, luego llega a poder provocar una respuesta debido a la conexión de este estimulo con otro estimulo que normalmente provoca dicha respuesta. Un ejemplo de este condicionamiento sería el timbre del recreo en las escuelas anuncia que acaba de iniciar el receso. Según pase el tiempo, el timbre suena día a día los niños van a asociar el sonido del timbre con sensaciones de libertad y reposo que pueden sentir en el recreo.
Por su parte, el condicionamiento operante explica que si una conducta tiene consecuencias positivas para quien las hace será más probable que se repita, mientras que si tiene consecuencias negativas tiene probabilidad que disminuya. Este condicionamiento esta enfocado en el desarrollo de nuevas conductas. Un ejemplo de este condicionamiento seria en las empresas, a los vendedores se les motiva a vender mediante el uso de bonos y recompensas. La recompensa de recibir el bono es suficiente para estimular el esfuerzo del que vende. Entonces la diferencia principal entre el condicionamiento clásico y el operante es que el primero esta enfocado al aprendizaje de información según estímulos, mientras que el segundo implica un aprendizaje sobre las consecuencias de la respuesta.
Refuerzo positivo: a quien ejecuta la conducta que estamos reforzando, le damos algo positivo, tiene una consecuencia positiva debido a esa conducta que mostro. Hay una gratificación, una estimulo positivo para que esa conducta vuelva a repetirse. Por ejemplo, se le pide al niño que realice sus tareas, luego de haberlas realizado se les permite jugar con sus amigos.
Refuerzo negativo: a quien ejecuta la conducta que estamos reforzando, le quitamos algo, algo negativo le pasa para que deje de comportarse de cierta manera. El mismo ejemplo del niño, cuando el no quiere hacer las tareas, no se le permite ver TV hasta que el niño complete sus estudios.
